Si bien algunos sectores aún miran con recelo la creciente presencia de robots en la industria, es importante reconocer que su aplicación conlleva una serie de ventajas significativas que, lejos de ser contraproducentes, pueden representar una evolución positiva para el sector manufacturero. Según Vigo Villalobos (2021), uno de los beneficios más notables es la reducción del contacto físico entre personas, lo cual cobra especial relevancia en contextos como una pandemia. Al minimizar el riesgo de contagios en entornos laborales, los robots contribuyen directamente a la protección de la salud del personal.
Además, el uso de robots industriales ha demostrado ser más eficiente que el trabajo exclusivamente humano en diversas tareas repetitivas, de precisión o que requieren operar en condiciones extremas. Por ejemplo, según la Federación Internacional de Robótica (IFR), los robots industriales han incrementado su presencia en líneas de producción en más de un 10 % anual en la última década, especialmente en sectores como la automoción, la electrónica y la alimentación. Esto ha permitido no solo aumentar la velocidad de producción, sino también reducir errores y mejorar la calidad del producto final.
